La PDE y SEO / BirdLife proponen el desembalse del pantano para garantizar que los sedimentos lleguen al delta del Ebro. El IRTA hará en otoño una prueba piloto de inyección de arenas y arcillas

La supervivencia del delta del Ebro no depende sólo de garantizar un caudal adecuado de agua en la desembocadura, sino que también es necesario que lleguen sedimentos para evitar el hundimiento de que es objeto la llanura deltaica. Y si el plan hidrológico de la cuenca del Ebro prevé un caudal de sólo 3.009 hectómetros cúbicos anuales en la estación de aforo de Tortosa, el plan del Estado
no dedica ningún apartado a la subsidencia ni a la necesidad de aportar sedimentos en la desembocadura. Unos sedimentos que, según la Plataforma en Defensa del Ebro y SEO / BirdLife, son muy necesarios y que se retienen en los pantanos. En este sentido, los estudios científicos sostienen que llegan unas 100.000 toneladas de sedimentos en la desembocadura, mientras que antes de la construcción de los embalses se llegaban a alcanzar los 20 millones de toneladas.
La PDE, SEO / BirdLife y otras entidades ecologistas reclaman que se vacíe el pantano de Ribarroja de Ebro para que lleguen a la desembocadura los sedimentos que se acumulan en el fondo del embalse. Un proyecto que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) siempre ha descartado por las dificultades técnicas y económicas, pero las organizaciones ecologistas intentarán rebatir estas dificultades a través de estudios. Así, se analizará la viabilidad de abrir las compuertas del fondo del pantano y la repercusión de la parada de la central hidroeléctrica. Además, las entidades ecologistas, que promueven desde hace un año una campaña en defensa de los sedimentos, iniciarán la lucha política. En este sentido, trabajan en la redacción de una moción para que se debata en los ayuntamientos de las Tierras del Ebro y, posteriormente, en el Parlamento de Cataluña. La moción defenderá el desembalse de Ribarroja de Ebro y, en un futuro, no descartan reclamar también que se vacíe Mequinenza.
El pantano de Ribarroja de Ebro tiene una capacidad de 209 hectómetros cúbicos de agua. El embalse estaba ayer en el 95% de su capacidad, según los datos de la CHE.
LA CIFRA
100.000 toneladas de sedimentos llegan a la desembocadura, un 1% del volumen que llegaba antes de la construcción de los pantanos.